sábado, 9 de julio de 2016

Mi primera Nebulosa Planetaria: La asequible y aún más impresionante M57

Recién entrado el verano, empieza a encontrarse cada vez más alto a primeras horas de la noche el famoso triángulo de verano, formado por las brillantes Vega, Deneb y Altair. El más alto de los tres astros es Vega, que con su magnitud aproximadamente 0, es el más brillante de la pequeña constelación de Lira (Lyr).

Y es en Lira donde se centrará la observación de hoy. En concreto busco observar mi primera nebulosa planetaria, después de varios intentos fallidos con otras. Estos objetos son el resultado de la expulsión de las capas más externas de una estrella gigante roja al final de su vida. De la antigua estrella sobrevive su núcleo, pequeño y brillante, en forma de enana blanca cuya radiación ultravioleta ioniza al gas expulsado, convirtiéndolo en una nebulosa de emisión.

Anteriormente he intentado encontrar, sin ningún éxito, otras nebulosas planetarias brillantes, como la del Búho M97 o la Ojo de Gato NGC6543. Aunque su magnitud y tamaño eran más favorables que en otros muchos objetos (que sí he conseguido resolver desde mi terraza), no conseguí distinguirlos del fondo. Después del fiasco, visité uno de mis blogs de referecia y leí que el compañero Almach, a igual que yo, no consiguió resolverla sin ayuda de un filtro OIII. Después de dejar apartadas las planetarias, aprovechando el verano y la altura de Lira en el cielo, me animé a reconciliarme con ellas a través de la Nebulosa del Anillo M57. En esta ocasión, aprovechando la previsión de buenas condiciones atmosféricas, me he alejado unos kilómetros del núcleo urbano; para maximizar mis probabilidades de éxito.

La nebulosa M57 es una de las planetarias más brillantes del cielo, con una magnitud aparente de 8'8, y presenta una característica forma de anillo casi perfecto; de ahí su nombre. Esta apariencia anular se da por la perspectiva con la que la vemos, ya que su forma tridimensional real se asemeja más a un barril (aunque también hay quien afirma que se trata de un elipsoide). Este pseudobarril se encuentra inclinado hacia nosotros de forma que vemos una de sus tapas con forma de aro.

Nebulosa del Anillo. Fotografía tomada por el telescopio Hubble.
The Hubble Heritage Team (AURA/STScI/NASA)
M57 es sencilla de encontrar, si no nos perdemos entre las innumerables estrellas que empiezan a poblar el cielo en cuanto nos acercamos al plano galáctico. La nebulosa planetaria en cuestión se encuentra entre las estrellas Sheliak y Sulafat de Lira, a menos de 1 grado de la primera. Por lo que si podemos localizar Sheliak a simple vista, y orientar nuestro telescopio a directamente a ella, M57 aparecerá a poco que rastreemos un poco el cielo de alrededor con un ocular largo. Por contra, si tenemos dificultades para encontrar estas estrellas a simple vista, podremos partir de la brillante Vega, y dar un par de saltos según el mapa inferior hasta nuestro destino.

Situación de M57 desde Vega. Carta generada con Cdc.
Tras apuntar a Sheliak con mi reflector de 8" y el ocular de 26mm, enseguida se revela claramente la amigable nebulosa M57 como un círculo neblinoso de alrededor de 1' de diámetro (más grande que Júpiter). Aunque con estos aumentos no consigo apreciar mucho detalle de la fantasmal esfera, esta se encuentra rodeada de multitud de estrellas tenues, de las cuales sólo he logrado captar unas pocas, además de la bonita y brillante estrella doble Sheliak, que aparece al noroeste cerca del borde del campo visual. Con el ocular de 10mm y 120 aumentos, logro resolver más detalladamente la forma de la nebulosa planetaria, apreciando una franja circular brillante que rodea una zona oscura, en cuyo centro reside la enana blanca de magnitud 15, imposible de observar con mi modesto equipo. En este caso, el filtro Baader Neodymium no aporta una mejora significativa de contraste en la nebulosa; aunque sí oscurece ligeramente el fondo. A continuación podéis encontrar los dibujos que realicé para ambos aumentos.



Aunque normalmente publico mis observaciones en orden cronológico, y aún tengo unas cuantas en el tintero, esta observación se merece el privilegio de pasar por delante de las otras. Las nebulosas planetarias, a parte de sus bellas y variadas formas, son también una visión al futuro. Nuestra estrella, con una masa y tamaño modestos, no podrá llegar a su fin con una espectacular explosión supernova, sino que acabará su actividad liberando una bonita nebulosa planetaria, que nunca alcanzaremos a ver; sin embargo, quién sabe si alguna de las numerosas que pueblan nuestra galaxia es idéntica a la de nuestro Sol, y estamos viendo nuestro lejanísimo porvenir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario