viernes, 19 de agosto de 2016

Astroturismo en el parque nacional de Cabañeros: M6, M7 y M8

Para empezar mis vacaciones del mes de agosto, quise aprovechar y escaparme con mi pareja tan lejos como pudiésemos de las luces que ciegan el cielo del levante español. Buscábamos por un lado, alejarnos del bullicio que hay en la costa por las fechas estivales, y descubrir nuevos paisajes y aventuras. De la multitud de lugares fantásticos que tenemos en España, finalmente nos decidimos por visitar los montes de Toledo, y hospedarnos en un hotel rural en las inmediaciones de la minúscula localidad de Hontanar.

El hotel en cuestión es el Refugio de Cristal. Se trata de una pequeña casa rural con media docena de habitaciones, todas ellas con unas impresionantes vistas al Sur. En este hotel la denominación rural dista mucho de lo que podemos asociar a rústico. Al contrario, la ambientación es bastante moderna, siguiendo los preceptos de diseño ecológico y turismo sostenible. Aquí podéis ver una foto de mi telescopio esperando pacientemente la noche en la habitación.

Ahora me doy cuenta de que lo guardé con el tubo colocado al revés

Podría hablar del buen trato que nos dieron y de lo a gusto que estuvimos (y sobre todo comimos), pero no es el objeto del blog; si queréis algún detalle más del alojamiento comentad en este post y os responderé encantado. Ahora vamos a entrar en materia.

A la llegada al hotel y tras comentar a José, un simpatiquísimo empleado que iba a ser nuestro anfitrión esos días, mis propósitos; me comentó que estaba haciendo una calima un poco fea que empeoraba algo el cielo. Le respondí que ninguna calima puede empeorar el cielo como las luces de Torrevieja en el horizonte sur de mi pueblo. Y no me equivocaba, calima o no, las noches oscurísimas fueron espectaculares.

Mis observaciones se centraron en el cielo meridional, para así poder observar las maravillas que guardan Escorpio y Sagitario, normalmente lejos de mi alcance, ya que al no alzarse demasiado sobre el horizonte en ningún momento, no logran escapar de la contaminación lumínica en mi localidad. Entonces, con todo el Parque Nacional de Cabañeros extendiéndose hacia el sur de donde me encontraba, no había ninguna malvada luz que me impidiese disfrutar de estas dos preciosas constelaciones. El cielo a simple vista ya es sencillamente espectacular, y por eso merece la pena retratarlo sin más ayuda que nuestras ópticas de serie. Desde luego, la transición de ver poco más que Antares, Saturno y Marte al sur; a observar por completo todas las estrellas principales de las constelaciones, enmarcadas en la vía láctea, es realmente impactante (Sobre todo, como en mi caso, si nunca antes se ha visto esta última).

Cielo visible desde la terraza de la habitación, sentado tranquilamente a la fresca.
Ya con el telescopio, me propuse a escudriñar las nebulosas de Sagitario; y he de reconocer que es tan rica la zona que es sencillo encontrar objetos interesantes, aunque por otro lado, se complica saber qué se ha encontrado. Como el sueño se iba apoderando de mí después de un ajetreado día, sólo dibujé la más impresionante de todas la nebulosas de Sagitario: La nebulosa de la Laguna (M8). El objeto en cuestión se trata de una nube molecular, una región especialmente densa de nuestra galaxia, que se encuentra en proceso de formación estelar. Inmediatamente al este tiene asociado un cúmulo estelar abierto relativamente joven (NGC 6530), cuyas estrellas más brillantes son las responsables de excitar el gas de la nebulosa.

Nebulosa M8, al este su cúmulo asociado como una formación de estrellas.
Por último, también decidí estrenar mis nuevos prismáticos 8x40, de los cuales hablaré en próximas entradas. En este caso, buscando un par de cúmulos abiertos cercanos entre sí, en la constelación de Escorpio: M6 y M7. Con el magnífico campo visual de más de 8 grados que dan estos prismáticos, encontrarlos fué pan comido; basta con apuntar los prismáticos al aguijón del escorpión, formado por las estrellas Shaula y Lesath, para toparnos de lleno con la escena dibujada abajo.

Al este M7, al norte M6 y al suroeste Shaula y Lesath
Aunque en el viaje solo hice unos pocos dibujos, me traigo dibujados con tinta indeleble en la memoria, la multitud de maravillas que he podido contemplar por los montes de Toledo. Desde el impresionante paisaje matutino con el que nos encontrábamos cada mañana, hasta las oscurísimas noches que vencían sin dificultad a mi humilde linterna roja que aquí uso sin problema. Si estáis pensando en hacer astroturismo (y gastroturismo) alguna vez, no lo dudéis, este es un lugar maravilloso.