Para empezar mis vacaciones del mes de agosto, quise aprovechar y escaparme con mi pareja tan lejos como pudiésemos de las luces que ciegan el cielo del levante español. Buscábamos por un lado, alejarnos del bullicio que hay en la costa por las fechas estivales, y descubrir nuevos paisajes y aventuras. De la multitud de lugares fantásticos que tenemos en España, finalmente nos decidimos por visitar los montes de Toledo, y hospedarnos en un hotel rural en las inmediaciones de la minúscula localidad de Hontanar.
El hotel en cuestión es el Refugio de Cristal. Se trata de una pequeña casa rural con media docena de habitaciones, todas ellas con unas impresionantes vistas al Sur. En este hotel la denominación rural dista mucho de lo que podemos asociar a rústico. Al contrario, la ambientación es bastante moderna, siguiendo los preceptos de diseño ecológico y turismo sostenible. Aquí podéis ver una foto de mi telescopio esperando pacientemente la noche en la habitación.
Ahora me doy cuenta de que lo guardé con el tubo colocado al revés |
Podría hablar del buen trato que nos dieron y de lo a gusto que estuvimos (y sobre todo comimos), pero no es el objeto del blog; si queréis algún detalle más del alojamiento comentad en este post y os responderé encantado. Ahora vamos a entrar en materia.
A la llegada al hotel y tras comentar a José, un simpatiquísimo empleado que iba a ser nuestro anfitrión esos días, mis propósitos; me comentó que estaba haciendo una calima un poco fea que empeoraba algo el cielo. Le respondí que ninguna calima puede empeorar el cielo como las luces de Torrevieja en el horizonte sur de mi pueblo. Y no me equivocaba, calima o no, las noches oscurísimas fueron espectaculares.
Mis observaciones se centraron en el cielo meridional, para así poder observar las maravillas que guardan Escorpio y Sagitario, normalmente lejos de mi alcance, ya que al no alzarse demasiado sobre el horizonte en ningún momento, no logran escapar de la contaminación lumínica en mi localidad. Entonces, con todo el Parque Nacional de Cabañeros extendiéndose hacia el sur de donde me encontraba, no había ninguna malvada luz que me impidiese disfrutar de estas dos preciosas constelaciones. El cielo a simple vista ya es sencillamente espectacular, y por eso merece la pena retratarlo sin más ayuda que nuestras ópticas de serie. Desde luego, la transición de ver poco más que Antares, Saturno y Marte al sur; a observar por completo todas las estrellas principales de las constelaciones, enmarcadas en la vía láctea, es realmente impactante (Sobre todo, como en mi caso, si nunca antes se ha visto esta última).
Cielo visible desde la terraza de la habitación, sentado tranquilamente a la fresca. |
Nebulosa M8, al este su cúmulo asociado como una formación de estrellas. |
Al este M7, al norte M6 y al suroeste Shaula y Lesath |